El radiotelescopio es un dispositivo utilizado para captar
las ondas de radio provenientes de cuerpos celestes. Muchos de estos cuerpos
(como púlsars y galaxias activas) emiten señales de radiofrecuencia.
Dichas radiaciones se detectan más en la región de radio del
espectro electromagnético que en la región de la luz visible (captada por
los telescopios ópticos convencionales).
Constituido desde complejos sistemas tecnológicos hasta por
una simple antena en forma de dipolo, conectada a un sensible aparato de
amplificación y registro, los radiotelescopios recogen y analizan las ondas
radio que emiten los objetos espaciales.
Los más comunes están formados por un disco metálico de
forma de antena parabólica,
llamado reflector, o simplemente parabólica. Dicho disco actúa como el espejo
de un telescopio reflector, recoge las ondas radio y las hace converger en la
antena situada en el centro (foco). Luego, la señal se envía a una serie de
instrumentos que la amplifican, la graban y la elaboran para extraer información.
Inicios
En el año 1931, el ingeniero Karl Guthe Janksy descubrió
una señal que aumentaba un rato cada día. La analizó y concluyó que dicha señal
tenía un periodo de 23 h y 56 minutos (el periodo de rotación de la Tierra). Esto indicaba que
el punto transmisor de la señal se situaba en un punto de la esfera celeste
fijo, respecto de las estrellas. Analizó los mapas estelares y
determinó que la señal procedía de la Vía Láctea.
De esa manera, la antena de 20 MHz que había construido se convertía en el
primer radiotelescopio.
Sin embargo, el primer radiotelescopio como tal fue la
antena construida por Grote Reber en 1937, continuando así con el
ignorado trabajo de Jansky. Este equipo consistía en un metal parabólico de 9
metros de diámetro enfocado en un radiorreceptor a 8 metros sobre el espejo.
Completado en 1937, estaba montado sobre un soporte inclinable, pero no
girable, que le permitía barrer una zona del cielo. Su tercer intento (a 160
MHz) fue exitoso (1938), confirmando el hallazgo de Jansky y comenzando con el
mapa de radiofrecuencia de la Vía Láctea (publicado en 1944), lo que dio lugar
al nacimiento de la Radioastronomía.
Principales radiotelescopios
Radiotelescopio en Jodrell Bank de 76 metros de diámetro.
El Gran Telescopio
Milimétrico o LMT) con una antena de 50 metros en 2km² puede captar
señales en el orden de las longitudes de onda de 1 a 4 milímetros.
El radiotelescopio individual más grande del mundo se
encuentra en Rusia, es el RATAN-600 consistente en 895 reflectores
rectangulares dispuestos en un círculo de 576 metros de diámetro.
El radiotelescopio más grande de los EE.UU hasta 1998 era el
Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio.
El radiotelescopio mas grande del mundo se prevee sea
el Radiotelescopio SKA, (Square Kilometer Array,
por su sigla en inglés).
El radiotelescopio espacial RadioAstron más conocido
por Spektr R, diseñado por la Academia
Rusa de Ciencias, SA Lavochkin, Roscomos y en colaboración con numerosas
organizaciones rusas e internacionales. Fue lanzado en órbita terrestre el 18
de julio de 2011, con una órbita muy elíptica, siendo su perigeo de 10.000
kilómetros y su apogeo de 340.000 kilómetros, prácticamente llegando a la
órbita de la Luna.
Funcionamiento
En el foco de un radiotelescopio está la antena de dipolo
conectada al aparato de amplificación y registro. En la práctica, las ondas de
radio incidentes producen sobre la antena débiles corrientes eléctricas, que
son después amplificadas por los circuitos del receptor. En radioastronomía,
para captar buenas señales, se deben utilizar grandes antenas o grupos de
antenas trabajando en paralelo (array). La mayoría de radiotelescopios utilizan
una antena parabólica para amplificar las ondas. Esto permite a los astrónomos
observar el espectro de radio de una región del cielo.
Se pueden usar dos o más radiotelescopios en conjunto y
combinar las señales que reciben de la misma fuente. Esto permite a los
astrónomos evaluar con mejor detalle y precisión la fuente de emisión. Cuando
dos o más radiotelescopios son combinados apropiadamente, pueden formar un gran
radiotelescopio (large array). La técnica de combinarlos y analizar el conjunto
de las señales de radio se denomina Radiointerferometría.
Además, debido a que las longitudes de onda con las cuales
trabaja la radioastronomía son aproximadamente un millón de veces mayores que
las de las radiaciones visibles, para que un radiotelescopio tenga el mismo
poder de resolución que un telescopio debería ser proporcionalmente más grande,
lo que plantearía, como es comprensible, delicados problemas constructivos. La
parte de la astronomía dedicada al estudio de todas estas radiaciones y a las observaciones
a través de radiotelescopios se denomina Radioastronomía.
Gracias a esta rama de la astronomía, es posible ver cuerpos y situaciones que no
son posibles de detectar con la astronomía óptica
Escuchando el espacio exterior
La ventaja de poder estudiar los cuerpos celestes, no solo a
través de su luz visible, sino también a través de las radioondas que ellos
emiten, es todavía discutida duramente por los científicos, por las
dificultades que se deben afrontar para lograr que las señales sean
inteligibles. Muchos objetos celestes, como los pulsars o galaxias activas
(como los quasars) emiten radiaciones de Radiofrecuencia.
Examinando la frecuencia, potencia y tiempos de las emisiones de radio de estos
objetos, los astrónomos son capaces de ampliar nuestra comprensión del Universo.
Los radiotelescopios también se utilizan en ocasiones en proyectos como SETI y en el seguimiento de vuelos
espaciales no tripulados.
Decenas de radioastrónomos y astrofísicos de todo el mundo,
están convencidos de la utilidad de la búsqueda de una eventual vida
extraterrestre a través de técnicas radioastronómicas, una pequeña parte del
tiempo de actividad de algunos radiotelescopios se dedica a la investigación
sistemática de transmisiones inteligentes, provenientes de eventuales planetas
extrasolares habitados por civilizaciones evolucionadas. En la actualidad se
pueden encontrar operativos cientos de radiotelescopios, observando, analizando
y mapeando el espacio (y superficie de planetas y asteroides como la Luna) con objeto de ampliar
la información del
universo.
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